¿Qué es un «thriller»?

Actualmente hay tantos géneros y subgéneros literarios que a veces nos cuesta diferenciar uno de otro, ya que, en ocasiones, suelen mezclarse varios en una misma historia y depende del peso que tenga uno u otro, influirá en la forma de acotarlo. Con el género policíaco (tal y como se conocía antes de que se instaurase en nuestro país el anglicismo), aunque nos parezca mentira, ocurre lo mismo a pesar de que se pueda caracterizar por sus altas dosis de tensión, suspense o intriga… Lo cual muchos pueden asociar con el terror.

Sin embargo, si buscamos en la red o preguntamos a compañeros de letras qué es para ellos un thriller, además de un maravilloso videoclip de zombis del ya fallecido rey del pop, el concepto se emplea hacia el género literario o cinematográfico que se basa en la generación de suspense, mediante un ritmo ágil (expectativa o curiosidad llena de ansiedad por parte del lector/espectador por saber qué ocurrirá después en la trama).

La asociación International Thriller Writers lo define como “un repentino pico de emociones, excitación, suspenso, miedo y regocijo que conduce a la narrativa, a veces sutilmente con subidas y bajadas, otras con un ritmo constante y a toda velocidad”. 

“Un buen thriller es aquel que está tan bien escrito que puede ser leído por puro placer después de conocer el desenlace”.

LAURIE VALLS-RUSSELLS

Pero, ¿cuáles son los tipos de thriller que existen?

Clásico: Se basa en la pregunta ¿quién ha sido?, es decir, lo que anteriormente hemos llamado ‘el misterio del cuarto cerrado’. De este tipo hay numerosos thriller por lo que el objetivo es encontrar nuevos personajes y entornos para crear obras originales y diferentes.

De procedimiento judicial: Se trata de una ramificación de la novela de detectives y refleja los procedimientos policiales auténticos, por lo que es absolutamente necesario un gran trabajo de documentación para conocer cómo actúa el cuerpo policial protagonista.

De procedimiento criminal: Se trata de reflejar el ‘modus operandi’ de los delincuentes. Es decir, la historia se cuenta desde el punto de vista del criminal y no del detective o policía. En estas obras se puede optar por un tratamiento serio, cercano a una novela sobre la mentalidad criminal, o utilizar un tono ligero, a veces ligado a la parodia.

Detectives privados: Obras en las que los protagonistas son diversos detectives privados, que pueden ser personas de todo tipo.

Espías: Es el thriller prototípico del siglo XX. Requiere un conocimiento específico de cómo operan los servicios de seguridad, aunque hay que dejar claro que no tiene por qué ser un espionaje militar, puede ser de numerosos tipo como el comercial, industrial, etc.

El thriller político: Se trata de historias que se mueven en el mundo de la política y las relaciones internacionales. En estas historias el lector debe poder sumergirse en esos ambientes y se debe ofrecer retratos de quienes detentan el poder.

Thriller de perdedores: Se trata de una versión del thriller de espías o del político en la que el protagonista no es una persona de alta posición ni que vive peligrosamente, sino un ciudadano corriente, lo que podemos denominar un ‘perdedor’. Para estas historias hay numerosos ejemplos de posibles personajes. Algún ejemplo puede ser un periodista que corre numerosos peligros en contra de su voluntad al descubrir secretos de estado, corrupciones financieras de multinacionales, delirios de políticos, etc.

Thriller psicológico: Cuentan la historia de personas corrientes con una vida normal hasta que suceden hechos extraordinarios. En estos casos, lo importante es la influencia exterior, por lo general una persona malvada. Este personaje debe ser construido con lentitud para que el desenlace sorprenda tanto a los otros personajes como a los lectores. Es importante el conocimiento de las motivaciones de los seres humanos, de lo anormal e, incluso, de la parapsicología.

Thriller espeluznante: Es un thriller psicológico menos sofisticado. Suele apoyarse en fenómenos sobrenaturales para crear la tensión.

Thriller apocalíptico: Novela de catástrofes, en la que el conflicto, la tensión y el ritmo vienen dados por la propia catástrofe y el momento más crítico se perfila desde el principio.

Ahora bien, si eres escritor/a como yo y quieres enfrentarte ante tu primer thriller, te dejo una serie de ítems que debes cumplir para que tu historia sea un best-seller:

El Interrogante

Un misterio que debe ser resuelto: crimen, desaparición, conspiración, secuestro. Establece una intriga que dura toda la narración y que se resuelve al final de la trama. Resolver este interrogante suele ser el objetivo del protagonista principal y es lo que más interesa al espectador.

El protagonista, o bien tiene que resolver el misterio porque se ve envuelto en él, o bien forma parte de su trabajo como policía, investigador, periodista o detective.

El espectador puede tener el punto de vista del protagonista intentando saber qué ha pasado, aunque cabe la posibilidad de cambiar dicho punto de vista en algunas fases del guion.

El interrogante más habitual suele ser saber quién es el asesino, aunque, a veces lo que importa es el por qué.

El riesgo

El protagonista o protagonistas principales se enfrentan a la muerte, ya sea la suya propia, la de un ser querido o la de alguien que no puede defenderse.

El riesgo es uno de los aspectos que más atraen del thriller y, si no existe, hace que la resolución del interrogante resulte totalmente indiferente al espectador. Así que quiero que te quede claro: es fundamental saber qué es lo que hay en riesgo para que el espectador siga pegado a la butaca y no le entren ganas de dormirse, salirse de la sala, ir al baño o mirar el móvil.

Un antagonista poderoso

Las fuerzas o personajes a los que se enfrenta el protagonista tienen que ser poderosos, ya sea desde el punto de vista de la inteligencia, del dinero, del poder o de la fuerza física.Cuanto más poderoso sea, más tendrá que luchar nuestro protagonista y más interesante será la trama y la resolución final.

Es muy importante que la misión sea un reto para el protagonista.

Hay antagonistas míticos en este género, que siempre recordaremos por su inteligencia, por su ingenio, etc. Sin ir más lejos me estoy acordando del mítico Hannibal Lecter. Además, como es normal, cuanto más fuerte será el antagonista, mayor será el riesgo al que se tiene que enfrentar el protagonista. Y, una vez más,  más opciones de tener enganchado al espectador. En este sentido, ocurre lo mismo que en el género de los superhéroes.

La inocencia perdida

Se ha de poner también en riesgo la inocencia, normalmente representada en un personaje, pero, a veces, se trata de una institución o una forma de vida.

Esta inocencia suele poner en riesgo a su protagonista, ya que su supervivencia está sujeta a su propia acción. Es muy típico, aunque siempre funciona, la aparición de policías y políticos corruptos. Si al final gana el malo no solo pierde el protagonista, sino que pierde toda la sociedad.

La naturalidad

Toda la acción  y los personajes tienen que ser creíbles. Tiene que parecer realista y natural en su representación en la pantalla. Lo peor que le puede pasar a un trhriller es que no sea creíble, cosa que no ocurre normalmente con el terror. Digamos que en el terror se pueden traspasar ciertos límites, jugar con la ciencia ficción, con lo sobrenatural, etc. Así que mucho cuidado con utilizar giro que saquen de sus casillas al espectador, porque rápidamente se irá de la película.

La justicia y la moralidad

Los antagonistas hacen actos inmorales y los protagonistas tienen que luchar contra ellos para restablecer la justicia.

Es importante que exista, para nuestro protagonista, un riesgo de pasar al lado oscuro y de convertirse en inmoral. En algún momento se ha de sentir tentado por la corrupción. Eso sí, si en algún momento llega a corromperse, ha de ser totalmente comprensible para el espectador. Lo hace para salvar a su familia, porque necesita el dinero porque tiene un cáncer terminal, por ejemplo.

El punto de vista del protagonista

El espectador sigue la narración desde el punto de vista del protagonista y va descubriendo, a la vez que él, los diferentes misterios. aunque caben otro tipo de variables.

La búsqueda

La búsqueda del asesino. Pero, generalmente, el protagonista también culmina una búsqueda en la que se encuentra a sí mismo. Casi siempre se conoce el objetivo del personaje desde el principio, pero, otras veces, el espectador descubre las verdaderas motivaciones hacia la mitad o al llegar el clímax.

Para terminar, os dejo mi top 6. Ya me comentaréis qué os parecen, si los habéis leído o pensáis hacerlo…

Espero que os haya gustado esta entrada y, sin más dilación, nos leemos muy pronto…

Publicado por JC Sanz

Un chico de 38 años, apasionado por las letras...

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